Hace años mi primer amor , el primero importante en la lista ,me regalo cartas , todas escritas a mano y desbordadas de lo que un adolescente puede escribir en aquella etapa de su vida : pasión , torpe honestidad , faltas de ortografía y letras de canciones.
Cada una de ellas las recibí como una adolescente puede recibirlas ...con romántico gusto, también le escribí algunas cuantas que hablaban de falso pudor y promesas ya olvidadas.
Todas firmadas bajo un seudónimo que evocaba lo poético y que al final resulto profético.
Las cartas que él me daba eran como alimentos para mi alma enamorada , decían mucho de lo que esperaba ,de lo que sentía y añoraba ,todas confesiones sin censura, exclusivas y dedicadas.
Recuerdo haber leído cada una de ellas más de mil veces en el día y con cada una de ellas , revivido los instantes que le compartía.
Me escribía donde pudiera , en hojas de todo tipo ,color y forma , en disquetes de computadora , con la mirada , en el cuerpo...
Y donde las palabras no alcanzaban ,las miradas rebasaban , donde las apariencias se empeñaban ,los silencios explotaban y mas de una indiscreción se acomodaba.
Transcribió canciones enteras ,con las que de manera indirecta creo nuestra historia ,una memoria musical que lleva en sus notas emociones que ambos entregamos en el camino.
Y aquellos vestigios de nuestras almas amarteladas han desaparecido ya hace mucho ,se rompieron en los mismos pedazos en que nuestros corazones lo hicieron , se perdieron en un pasillo donde no les intereso a nadie,resultado de catarsis tardías ,de soluciones intempestivas,en el frió de un suelo donde no existía el consuelo.
Después... han habido mas cartas , pero las cartas que él me daba no volvieron a repetirse ,no con su inocente inmadurez y sus anhelos desubicados ,los tiempos han avanzado y a la distancia aquellas tan solo fueron casi 50 cartas ,50 cartas de casi de amor.
